Logotipo de la Asociación Cultural Kelatza

Retrato antropológico (5)

.

 

Soy un pobre kelatzara, estoy cansado de trabajar y de pasar hambre. Apenas tengo ganado y la cosecha de este año ha sido muy mala. Mi familia, si no hago algo, este invierno pasará mucha necesidad.

Aber y yo hemos convencido a tres miembros más de nuestro clan. Nos vamos de Kelatza. Nos alistaremos en las tropas auxiliares íberas, que luchan junto a los romanos, nos darán una moneda de oro a cada uno, así nuestras familias podrán comprar para pasar el invierno. Nos han asegurado que veremos mundo, y que conseguiremos en poco tiempo una fortuna, del reparto del botín de los pueblos conquistados.

EI entrenamiento de un soldado es muy duro, apenas si tienes tiempo para nada: guardias, marchas, hacer calzadas, ejercicios de lucha, trabajos de todo tipo..., pero al menos, la comida es muy buena.



Ajuar de un guerrero


La tribu íbera de los belos, según Roma, ha roto el pacto de no fortalecer las murallas de su ciudad, por lo que Roma lo ha considerado un acto de guerra y los ha atacado. Muchos guerreros belos se han refugiado en la ciudad de Numancia.

Aquí estamos nosotros, frente a Numancia, tropas íberas luchando junto a los romanos, contra otros guerreros íberos; pero nosotros hemos dado palabra a los romanos de apoyarles, y la palabra es sagrada, además, si conquistamos Numancia conseguiremos un buen botín, que al fin y al cabo es para lo que hemos venido.

Numancia se resiste, sus guerreros nos han hecho frente en formación de triángulo, pero nosotros tenemos 23 elefantes, sonunas bestias enormes que al verlas los numantinos han corrido a refugiarse en su ciudad.

Nuestro general ha decidido atacar y cuando estábamos a punto de asaltar la ciudad, han dado con una piedra en la cabeza de un elefante, y éste enfurecido se ha vuelto contra nuestras propias tropas, desbaratando todo nuestro ataque y matando a muchos soldados romanos y a los auxiliares íberos, entre ellos a mi amigo Aber: Ha sido un auténtico desastre, pues los numantinos han aprovechado el desconcierto saliendo de su ciudad y matando a cuantos encontraban a su paso. Después de este descalabro nuestro general ha decidido sitiar la ciudad de Numancia, nos hemos atrincherado y hecho empalizadas esperando rendir la ciudad por falta de víveres, pues el invierno está cerca.

Hace un frío tremendo, tengo hambre y el sayo apenas si me calienta, estamos cayendo uno tras otro. Las guardias para impedir que salgan los numantinos son fatales; muchos de los centinelas aparecen por las mañanas muertos del frío que hace, si no levantamos el sitio moriremos todos.

De Numancia ha salido una delegación para pedir la paz, y Roma ha enviado a Marcelo para negociarla.

EI senado romano ha aprobado la oferta de paz, pero algunos senadores han llamado traidor a Marcelo porque muchos soldados romanos han muerto para nada. Vuelvo a Kelatza tan pobre como salí, sin ningún botín, con una herida en el brazo que me lo ha dejado medio inútil, cansado de luchar, pero con una gran diferencia, salimos cinco kelatzaris y vuelvo solo, triste, derrotado. Ya nada será igual en el clan. Kelatza está un poco más sola sin nosotros.

Cuánto os echo de menos.

________________

© Vicent Navarro

[Índice [Editorial [Arte rupestre [Eventos [Retrato antropológico [Folclore
[Palabras al viento
[Gastronomía [Flora  [Fauna [Nostálgicos [Miscelánea
[Rincón del bardo [Carismáticos [Podium [En blanco y negro]

Ir a Contenidos