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Palabras al viento (2)

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Querida Aurelia

Villar del Humo a 25 de agosto de 1985.


Querida Aurelia:

Mucha será mi alegría si al ser ésta en tu poder te encuentras bien en compañía de tus padres y demás parientes. Yo, por mi parte, quedo bien en compañía de los mío. G.A.D..

Como te prometí, te escribo estas cuatro letras para que sepas de mí y de mis andanzas. Quizás tu Almazán tenga puntos de coincidencia con este mi pueblo. Aquí casi to el mundo es de afuera. Quiero decir que aunque son hijos del pueblo, viven fuera de él, en Valencia, Barcelona, Madrid o San Sebastián, mayormente.

En primer lugar, te diré que en lo tocante a la higiene, el pueblo es un desastre. Si no cae un buen tabusco, las moscas y los mosquitos nos machacan, y no se puede estar ni esperrotones en el río. El agua todavía es natural y como no estamos arregostaos, si te descuidas, enganchas una correncia que, cuesco va cuesco viene, entre pedorreras y retortijones, te quedas hecho cisco; las bobanillas te se ponen cono vencejos y las canillas, atractivo al gramante. Yo, que soy muy golambruzo, lo paso peor aún; porque, eso sí, te pones a manducar y no rematas hasta que la andorga no te roza con los cantos. Antesdeateayer, sin ir más lejos, nos fuimos a pasar un día en el monte, junto al río Cuervo. Buscamos unos arigotes y unos cándalos para aviar un choto que mercamos la víspera. No te quiero contar cómo llenamos la jerga, que acabamos untosos de las morreras que se nos pusieron. El cabrito andaba de punta en cogolla y nos cascamos una ventregá que nos quedamos empantanaos, triparriba como zamploños junto al sagato; tuvimos que aflojarnos el jergón y apollancarnos hasta que el buche empezó a bajar que si no, damos un pedo. 

Luego nos canteamos y nos atizamos una buena calzarena hasta el nacimiento del río. Algunos tenían asiento y otros una soñarrita que pa qué. Los que iban detrás decían que si quiá les diera un torozón o les llevá Zomba a los de alante. Los que más habían zampao, se canteaban como zamacucos y se pegaban buenos escurritones en el escasquijo. Otros iban medio ringaos y les faltaba el resuello. Los más escocaos llevábamos un buen pendingue, miá qué piñas. Nos echamos unas cuantas retratauras y hicimos el bu todo lo que quisimos. En lo tocante a los paisajes, daba envidia ver esos pinarros tan tiesos, que no había ni uno garciao. Agua, por toas partes. Venga renachar y renachar, a peligro de coger un buen tabardillo zurdo y quedar peor que después de un marrilazo. En esos andurriales había que tener cuidiaico de no arrearte un buen talabarcazo y estozolarte por esas apreturas (un muchicho que aterrizó lio unos buenos alcanforrios). Fue una excursión muy maja. Te mando una foto del grupo.

Lo bueno de las vacaciones es el sosiego que tienes. Paices un arcabalero gambiteruzo, siempre de pingos, oyendo la bolina de los martagas y los paroleros, que se enteran de los asayos. Porque, eso sí, la gente, lo que sea, pero golismera es un rato largo. Hay mucho almorchón y mucho boche que suelta la tarabilla de mala leche. Avichuchos. Ahora, que está bien que se sepan los malalzaos. Continamente hay zapatiestos y de vez en cuando se escapa algún que otro sollapazo. Por ejemplo, no hace mucho una tía alumbró una llamará a uno por rencillas personales; a éste se le hincharon los botones, respondió con un taire y la zaragata desembocó en un buena retahila de tabanazos. Las principales grescas tienen su origen en los repartos de herencia: asunto de gasones, guijarros y medianiles. Por lo demás, no hay mucha trifulca, aunque en general sí bastante mala uva. Como dice un poetastro de la tierra:

Si yo cojo y digo blanco,
tú me contestas que negro.
aunque semos castellanos,
parece que hablemos griego.

Es triste ver una comunidad mal avenida. Pero es que si eres un farfollas, los buitrones te pisan el garganchón. Hay mucho mangolfo y mucho boche, y a veces te quedas escuajao de oír tal malalzao o tal otro. Aunque a mí, la verdad, nada de eso me preocupa. Yo vivo al margen de las zaragatas, en la medida de lo posible.

A menudo reino en ti y evoco tus fruncimientos ceñiles. Entonces me vuelvo un astral y me monto una bolina repleta de arrumaquias. Me se llevan los demonios de ser tan bu, pero cuando tengo un revesino, no hay tío mas samugo ni fuerza capaz de traerme a razones. Sé que es hacer el botarga, pero ello no me convierte en matrero. al final, como de contino: ni estependias.

Me quedan pocos días de vacaciones. Si quiá le diá una exhalación a quien inventó el trabajo. Pa echártelo a la cara, arrearle un peñazo y clavarle un bullón al abanto pajarero ese, chorra.

En fin, podría seguir hablándote de otros aspectos del pueblo y de mi estancia en él, pero lo dejaremos para más alante. ahora voy a rematar la presente deseando que haigas pasao un buen verano en Almazán, y restregándote por los morros que no me haigas escrito, cacho gandulona.

Sin más se despide tu amigo que mucho te estima y que lo es:
 


Marcos Coso
 


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