La
Serranía, un lugar duro por el clima y la topografía, fue el
hogar de los primeros ganaderos que al iniciar las primeras
construcciones tuvieron en cuenta muchos factores como el frío y
la lluvia, el reducido espacio y su dura topografía.
La
mayor parte de la arquitectura de nuestro pueblo son las casas que
corresponden a los
modelos urbanos de los últimos tiempos, sin embargo aún se
encuentran rincones que conservan el encanto de una arquitectura
tradicional serrana.
Los
condicionamientos geográficos han determinado la construcción
tradicional de cada lugar, en nuestro pueblo es clave su
situación en un entorno montañoso y en una zona de muchas
lluvias, junto con la presencia abundante de la piedra y de la
madera en sus alrededores. Lo mismo que la de los
Rejería
en la Calle Real
pueblos de la comarca que se caracteriza por lo que se denomina La
casa de madera entramada.
Tajaroz
en la calle El Postigo.
Balcón típico serrano. Plaza de Arriba.
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Suelen
tener una primera planta donde los muros son gruesos de
mampostería sobre la que se apoya, no ya la fabrica de la
superior, sino que sirve de sostén a las puertas de los tabiques
hecho con materiales que van desde el barro y mortero de cal,
hasta ramas, piñas, etc, que sin embargo aportan las condiciones
necesarias para el aislamiento de las edificaciones familiares en
una región que ofrece tantos rigores. En la planta primera
solían estar las cuadras y las gorrineras en gentes típicamente
ganaderas; en las casas más nobles. en sus esquinas, cajas de las
puertas y ventanas, hay espacio para la piedra de sillar o
labrada.
La
planta superior se sostiene gracias a un fuerte tablazón de
madera que constituye balcones y galerías de madera, y a veces,
hasta dos pisos superpuestos que
Puerta típica serrana de dos hojas, una encima
de la otra.
soportan
el tejado, el cual cuele ser de una sola vertiente.
Casa de la tía Encarnación y del tío Ovidio.
Texto
y fotos: Javier Urbán Murciano. |
El
cierre entre cada uno de los postes de madera estaba hecho con
adobes o con ladrillos, y con frecuencia, todo ello revocado con
barro o yeso. También podrían quedar las maderas al descubierto,
aunque si van a estar expuestas a las lluvias, en la mayoría de
los casos se cubren con tejas adheridas o con un solapamiento de
tablas. Cuando las maderas que soportan la planta superior (si la
hay) y el tejado quedan al descubierto, se origina una hermosa
combinación al alternar el poste de madera con la parte de
adobes. Para reforzar los postes sobre los que se carga el peso,
se colocan travesaños laterales en ingeniosas posiciones de
contrafuertes.
Exteriormente
las puertas de acceso están rematadas con un tajaroz a dos aguas,
muy corriente en la zona serrana, ornamentación que en ocasiones
aparece sobre las ventanas de la planta baja y puertas que, a su
vez, suelen aparecer enrejadas con preciosas muestras de la
rejería conquense, con elementos que suelen repetirse en los
poblamientos de tradición ganadera.
En
muchas de estas casas se aprecian hermosos balconajes que alternan
la madera y la teja; tenían un importante uso como balcón
secadero.
Los
barrios típicos serranos van poco a poco desapareciendo
por edificaciones nuevas, puesto que las antiguas a poca gente les
importan. Con esto, quiero dar testimonio de que nuestro pueblo aún
esconde la arquitectura de lo que fue una bonita villa serrana.
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